Hace exactamente tres años, las puertas de la planta de Digital Fueguina ubicada en Combate de Montevideo 1141 cerraban sus puertas de forma intempestiva, dejando en la calle a 250 familias que se enteraron de esta terrible noticia cuando fueron a ocupar, como lo hacían todos los días, sus respectivos puestos de trabajo.
Durante la mañana de este lunes, trabajadores de la firma dependiente del cuestionado Grupo Garbarino llevaron adelante un emotivo acto en la puerta de la fábrica para reafirmar que, a pesar del crítico escenario nacional y provincial, la lucha por parte de las familias que siguen esperando una respuesta, está más firme que nunca.
A diferencia de otros años y producto de la desidia de la empresa como así también de las autoridades nacionales, provinciales y de la propia justicia que pocas respuestas dieron, la planta de Digital Fueguina comenzó a padecer la falta de mantenimiento que estaba garantizada por los propios trabajadores que cuidaron desde el día cero de conflicto las instalaciones de la fábrica con la esperanza de retomar la producción.
Los trabajadores tuvieron que dar sus discursos para visibilizar su lucha con un megáfono ya que la planta no cuenta con electricidad. Ante la presencia de los medios de comunicación que se hicieron presentes en la planta y también de integrantes de la Unión Obrera Metalúrgica, manifestaron que “se cumplen tres años de esta desidia y del día que llegamos y encontramos la planta abierta sin ningún referente de la misma empresa adentro”, y recordaron que desde el inicio del conflicto,” pasamos por muchos procesos donde creímos que íbamos a trabajar a fasón; creímos que íbamos a trabajar de la mano de otros empresarios, y la verdad ningún tipo de diálogo que se llevó a la empresa logró tener un panorama concreto.”
Asimismo, indicaron que “siempre dependimos de una patronal radicada a más de 3 mil kilómetros y de un grupo de personas que juegan con la vida de trabajadores de Tierra del Fuego. Recién nos enteramos que 15 compañeros de Australtex fueron despedidos y no es una lucha por Digital Fueguina únicamente, sino por Australtex, por la familia del compañero de Textil Río Grande que falleció, es una lucha por los compañeros de Yamana y por todos los trabajadores despedidos en las distintas fábricas porque siempre somos los trabajadores los que pagamos los platos rotos.”
En este sentido, sostuvieron que “por más que seamos 10 o 50 o 200 trabajadores, vamos a seguir de pie porque es necesario que se dé una respuesta y que el gobierno también nos dé una respuesta. Necesitamos que ese empresario que está a más de 3 mil kilómetros, nos dé una respuesta porque mientras levantaban regalías, ellos no daban respuesta a nadie y hoy con 250 familias en la calle tampoco siguen dando respuesta. Vamos a seguir adelante dando la lucha como corresponde porque el trabajador tiene que ser respetado y valorado.”
Por su parte, una de las trabajadoras referentes del grupo que se quedó sin su puesto laboral, expresó, entre lágrimas, que “hoy es un día muy complicado. Escuchar los bombos que venían de la esquina fue difícil. Nuestra realidad hoy es esta porque ni siquiera tenemos electricidad para usar micrófonos y tener nuestro sonido. Cada vez está todo más complicado y la realidad de la provincia igual, esto nos saca muchas posibilidades de lo que se podía hacer. La fábrica funciona, pero no hay trabajo para realizar una cooperativa”.
Finalmente, aseguraron que “por más que no tengamos un micrófono y no tengamos electricidad, esta lucha no será vencida porque somos trabajadores y queremos demostrar que queremos trabajar en las peores condiciones porque seguimos buscando la forma de seguir adelante. Vamos a seguir y no nos vamos a dar por vencidos. Entras a la fábrica, está frío, todo oscuro y goteras por todos lados.”
Lo que supo ser una planta productiva modelo para el sector industrial y productivo nacional, con tecnología de primera y trabajadores calificados, hoy sigue siendo sostenido por la fuerza de los propios hombres y mujeres que hace tres años atrás, llegaron a su puesto laboral y se encontraron con un portazo inesperado de la empresa.
Hoy, esa planta ubicada en Combate de Montevideo, sigue en pie gracias a la lucha y esperanza de 250 familias que no están dispuestas a bajar la guardia a pesar de la falta de respuestas de la empresa y también del Estado Nacional y Provincial.