Mientras la Vigilia del 2 de Abril sigue latente y conmoviendo a la comunidad de Tierra del Fuego que acompañó a los veteranos a 42 años de la Guerra de Malvinas, el presidente Javier Milei arribó a las 23:20 de este jueves a Ushuaia para reunirse nuevamente con la cuestionada y polémica Jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson.
Lo hizo luego de no haber enviado a ningún representante de su gobierno a los actos centrales por el Día del Veterano y de los Caídos en Malvinas.
Lo cierto es que Milei llegó a nuestra provincia sin cursar aviso previo al gobernador Gustavo Melella y en el Aeropuerto Malvinas Argentinas de la capital fueguina, el presidente fue recibido por autoridades de las distintas fuerzas y también por el legislador de Republicanos Unidos, Agustín Coto. Como era de esperar, Melella y el intendente local, Walter Vuoto, no estuvieron presentes.

Vale recordar que, durante su discurso en el acto central del 2 de abril que se realizó en el Monumento a los Caídos en Ushuaia, Melella ya había anticipado que no iba a recibir a la Jefa del Comando Sur. “No vamos a recibir formalmente, oficialmente y de ninguna manera a la Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos porque realizan prácticas militares junto a Gran Bretaña de Atlántico Sur“.
Por su parte, el intendente Vuoto, se expresó a través de su cuenta de X para cuestionar a Milei y ratificó que “en Ushuaia vamos a defender siempre nuestra soberanía y el reclamo por Malvinas. El día para venir a Ushuaia era el 2 de abril, para brindar homenaje a nuestros héroes y para reafirmar nuestros reclamos. Ojalá el interés por venir a Ushuaia sea todo el año y no solo porque nos visita alguien del norte del continente. Nuestras puertas van a estar abiertas siempre. Eso sí: la soberanía no se negocia”.
Tal como lo expresó el propio Milei en su discurso, se trata de una visita imprevista y también fugaz, teniendo en cuenta que, tras la reunión con Richardson, el presidente argentino retornó a Buenos Aires pasadas las 3:00 AM de ese viernes.
Lo cierto es que Milei consideró que la capital fueguina era el escenario adecuado para este nuevo encuentro que no había podido darse 24 horas antes en Casa Rosada donde estuvo presente el jefe de Gabinete, Nicolás Posse y el ministro de Defensa, Luis Petri, para concretar la firma de un acuerdo para la compra de 24 aeronaves de guerra a Dinamarca, aliado de la OTAN de Estados Unidos.
En este sentido, aseguran que este acuerdo fue gestado por el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley, y que llega para dejar atrás el convenio previo que había trabajado la gestión de Alberto Fernández para adquirir ese mismo armamento a China.
El objetivo principal del encuentro entre el mandatario nacional con Richardson, fue para “fortalecer el vínculo” entre ambos países en un claro guiño político para el gobierno que encabeza el actual presidente Joe Biden.
Milei llegó acompañado de Luis Petri, ministro de Defensa, y también por su hermana y secretaria presidencial, Karina Milei. En tanto la Jefa del Comando Sur, estuvo con el embajador Stanley.
La llegada de Richardson fue repudiada por diversos sectores de derechos humanos, sindicales y también por algunos partidos políticos. Además, como condimento especial, se generó una fuerte polémica en la previa de la llegada de Milei luego de que una bandera de Estados Unidos flameara en la Base Naval de Ushuaia durante varias horas.

La jefa militar de Estados Unidos llegó con el objetivo de conocer los avances en la construcción del Polo Logístico Antártico ante la posible participación de China en su financiamiento, algo sobre lo que EEUU hasta ahora no aportó una sola prueba. Indudablemente, el Polo Logístico fue para Estados Unidos “una amenaza” para sus intereses en la Antártida, y más aún si se tienen en cuenta las propias expresiones de la funcionaria norteamericana, quien había acusado a China de intentar “asegurarse los derechos para construir instalaciones marítimas de uso dual, las cuales apoyarían la proyección de sostenimiento y poder en las cercanías al estrecho de Magallanes”.
Milei atravesó tres mil kilómetros para dar un breve discurso de pocos minutos donde, previo al encuentro con la militar Richardson, le brindó una clara señal de apoyo a Estados Unidos con el objetivo de concretar un encuentro bilateral con el presidente Joe Biden.Pasadas las doce de la noche, desde la Base Naval de Ushuaia, Milei expresó que “los argentinos como pueblo tenemos una afinidad natural con los Estados Unidos”.
Mientras tanto, la transmisión a Buenos Aires se entrecortaba y las bandas hicieron sonar los himnos de Argentina, de Estados Unidos y la Marcha de Malvinas, que fue cantada en parte por el propio Milei mientras Petri hacia el máximo esfuerzo para ocultar su desconocimiento total de las estrofas de la Marcha de Malvinas.
Sin nombrar a China, habló de la pesca ilegal y de que “Occidente estaba en peligro”.
Asimismo, cuestionó que “muchos gobiernos de la Argentina, de distintos signos políticos, en las últimas décadas, se han llenado la boca hablando de soberanía, pero no han hecho nada por ella. No han hecho nada por defender nuestra fronteras territoriales y fluviales del ingreso del narcotráfico. No han hecho nada por investigar el terrorismo islámico que lamentablemente hemos sufrido. Y no han hecho nada por defender la integridad territorial de nuestro Mar Argentino, que año tras año ha sido invadido por pesqueros ilegales y drenando sus recursos ictícolas”.
Según el presidente, su llegada se da para “monitorear los avances en el desarrollo de la Base Naval Integrada” al que definió como “un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco”. “Nos permitirá desarrollar la economía local y brindar apoyo logístico real al desarrollo científico de los diversos programas antárticos internacionales”.
Su discurso, finalizó al grito de su clásico “¡Viva la libertad carajo!”, y el embajador Marc Stanley no pudo ocultar una risa cómplice.
Quienes también se expresaron fueron las senadoras Eugenia Duré y Cristina López. Lo hicieron a través de su cuenta de X.