El caso del odontólogo Mario Gordillo, condenado a 12 años de prisión por abuso sexual a un menor, desató una ola de indignación luego de que se difundiera un video en el que se lo ve fuera de su domicilio, violando las condiciones de la prisión domiciliaria que le fue otorgada en diciembre del año pasado.
Gordillo, quien cumple su condena desde hace dos años, recibió el beneficio de la prisión domiciliaria por razones médicas. El odontólogo fue operado de una hernia inguinal y, debido a la necesidad de reposo, se le permitió permanecer en su hogar. La jueza María Rosa Santana fue quien decidió concederle este beneficio, bajo la justificación de que la Unidad de Detención no podía ofrecer el seguimiento médico necesario durante su recuperación, debido a la licencia de la profesional a cargo. La medida fue otorgada en vísperas de las fiestas de fin de año, con una extensión del período de reposo que fue prorrogado hasta el 27 de enero.
Sin embargo, un video recientemente difundido por una de las víctimas de Gordillo muestra al condenado ingresando a su vivienda, lo que genera suspicacias es que este tipo de régimen exige la estricta permanencia en el domicilio, sin libertad de circulación fuera del mismo.
La situación se complica aún más al observar que, según la resolución judicial, los movimientos de Gordillo debían ser monitoreados por el Patronato de Liberados y el Servicio Penitenciario.
Este incidente pone en evidencia las debilidades en el sistema judicial y de control de prisión domiciliaria, y deja al descubierto posibles fallas en la supervisión de los beneficiarios de este tipo de medidas.