1 de mayo de 2025

Padre denunció que su hijo, diagnosticado con TEA, fue brutalmente agredido en la Escuela 44

En diálogo con FM Origen, Sebastián, padre de un niño que fue diagnosticado con trastorno del espectro autista el año pasado, denunció que su hijo de 11 años sufrió una brutal golpiza el pasado jueves propiciada por dos compañeros de la Escuela Provincial N°44, ubicada en la zona sur de Río Grande.

Al respecto, confirmó que “la agresión fue dentro del establecimiento y hasta el momento era una sola persona como era el relato que tenían todos los directivos; según ellos, cuando escucharon los gritos y el disturbio, fue justo en el horario de salida, pero al día siguiente, mi hijo contó que fueron dos chicos los que lo agredieron dentro del colegio que lo venían persiguiendo y molestando. Siempre aclaro que no es porque sea únicamente mi hijo, sino porque puede pasarle a otros chicos”.

En este sentido, se preguntó si “es más feo el hecho que le pasó a mi hijo o la respuesta que tuve por parte de los directivos de ese establecimiento, de la directoria y de la secretaria principalmente. Fue una denuncia hacia el Ministerio de Educación”.

“Estuve hablando con el Ministro López Silva que no se encuentra en la ciudad, pero a su regreso me va a poder atender. Hice una denuncia en la Comisaría de Género. Mi nene fue diagnosticado con TEA el año pasado y sigue yendo al colegio normalmente, pero desde el Centro de las Infancias nos pidieron que mi hijo tenga acompañamiento y desde el año pasado no pudimos tener charlas con los directivos. Presentamos todos los informes y ya viene siendo molestado y persiguiendo por estos chicos y jamás hicieron nada por parte de los directivos. Nunca fuimos convocados y no nos respondieron”, indicó.

Sebastián remarcó que “necesitábamos una maestra auxiliar como nos solicitaron los médicos. Sin embargo, los directivos quisieron minimizar el caso y lo vieron como algo normal a este caso. Lo único que me ofrecían era cambiarlo de curso a uno de los agresores”.

A su vez, precisó que “cuando llegué a retirar a mi hijo, dos compañeritas vinieron llorando a decirme que mi hijo estaba en la dirección. Cuando ingreso, me encuentro con los directivos, mi nene llorando con sangre en el rostro, con golpes y hematomas que fueron certificadas por un médico del hospital, y con el agresor en el mismo lugar que mi hijo llorando solo desconsolado intentando resolver qué es lo que había pasado. Hasta lo que sabíamos todos, era un solo chico agresor que se hacía cargo, pero como papá y como adulto me di cuenta que no era lo que no había pasado y luego una vez que se calma mi nene, se puso hablar con su hermana mayor y le dijo que fueron dos nenes. Uno lo empujó, y el otro fue el que le pegó. Son compañeros del mismo grado”.

“Es entendible que no expulsen a las personas del establecimiento y es entendible porque no dejan de ser chicos más allá de lo que haya pasado. Es un menor que necesita ayuda. Pero lo único que me ofrecieron los directivos, que en todo momento quisieron minimizar el caso, era cambiar al agresor de aula a tres metros de distancia”.

La nota completa

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