Dos años después del sorpresivo (pero esperable) arribo de Uber a Río Grande, todo hace suponer que el escenario es proclive hoy para alcanzar la ansiada regulación de este novedoso mecanismo.
Al proyecto presentado por el concejal radical Maximiliano Ybars, que está en discusión en este momento en el Concejo Deliberante, se suma una nueva iniciativa, esta vez de Jonatan Bogado, para crear mesas de debate junto a asociaciones, sindicatos, trabajadores y permisionarios para mejorar el servicio de transporte en la ciudad.
Un nuevo escenario
Lejos parece haber quedado el encono inicial de trabajadores del volante, que en su momento paralizaban el tránsito en la ciudad para dar a conocer su descontento y que en parte ya no ocultan que trabajan también mediante esta aplicación para aliviar el momento de bolsillos flacos.
Pero la aceptación no es solo de los trabajadores: un informe realizado por la consultora Neodelfos reveló -en medio del conflicto- que en Río Grande el 82,12% veía con buenos ojos la incorporación de estas herramientas en el transporte, frente a un 13,9% que entendía que la llegada de UBER podía perjudicar a los trabajadores de taxis y remises.
Y la validación que alcanza Uber (y demás aplicaciones) no termina ahí. La propia Justicia determinó que es inconstitucional la norma que prohibía el funcionamiento de la app e instó al Concejo Deliberante a través de un fallo del Dr. Pedro Fernández a crear un marco normativo que regule el funcionamiento del transporte a través de plataformas digitales.
Aquel fallo de diciembre de 2023 exhortaba «al Concejo Deliberante de esta ciudad para que en un plazo razonable establezca la reglamentación para el funcionamiento del transporte privado de pasajeros mediante plataformas digitales». Eso nunca sucedió.
Tiempo de definición
En momentos en los que cualquier actividad comercial es bienvenida para paliar una crisis que azota con fuerza a la provincia de Tierra del Fuego toda, el tablero parece dispuesto a que las fichas comiencen a moverse y zanjar definitivamente una discusión que fue postergada.
En el mientras tanto, miles de usuarios se transportan a diario a través de un servicio que por impericia, incapacidad o mero temor a lo desconocido, decidió no ser regulado por la anterior gestión del Concejo Deliberante.